En medio de un escenario económico marcado por el alto costo de la vida, los hogares chilenos han debido reordenar su presupuesto para enfrentar la inflación acumulada de los últimos años. El aumento sostenido de precios en alimentos, servicios básicos y transporte ha impulsado cambios profundos en los hábitos de consumo.
Cada vez más familias optan por comprar productos al por mayor, aprovechar ferias libres, ofertas de supermercados, programas de fidelización y ventas en línea. Al mismo tiempo, ha crecido el interés por los emprendimientos familiares como una vía para complementar los ingresos mensuales.
El auge de las compras inteligentes
Comparar precios antes de comprar se ha transformado en una práctica habitual. Aplicaciones móviles, grupos en redes sociales y sitios web especializados permiten revisar promociones, verificar la variación de precios y compartir datos entre consumidores. La figura del “cazador de ofertas” dejó de ser excepcional para convertirse en parte del día a día.
Las ferias libres han recuperado protagonismo como alternativa más económica para frutas, verduras y algunos productos básicos, mientras que los formatos de “club” y bodegas mayoristas también han sumado nuevos clientes.
Emprendimientos para enfrentar la presión económica
Junto con los ajustes de consumo, miles de personas han optado por generar ingresos adicionales a través de pequeños negocios: venta de comida casera, artículos de belleza, ropa, servicios de reparto, contenido digital y oficios varios.
Si bien muchos de estos emprendimientos se desarrollan de manera informal, representan para numerosas familias la diferencia entre llegar o no a fin de mes. Expertos en economía doméstica recomiendan que, en la medida de lo posible, estos proyectos evolucionen hacia actividades formalizadas para acceder a beneficios, créditos y programas de apoyo estatal.







