Una Cessna Caravan de Mombasa Air Safari que volaba desde Diani hacia Maasai Mara se estrelló en una zona boscosa y montañosa de Kwale con 11 fallecidos (ocho turistas húngaros, dos alemanes y el piloto keniano). El ministerio de Transporte corrigió la hora del siniestro tras reportes iniciales y confirmó que la aeronave perdió comunicación poco después del despegue. Equipos de emergencia llegaron por tierra y aire; el lugar presentó restos calcinados y una orografía que dificultó el acceso. Las primeras hipótesis apuntan a meteorología adversa, pero la investigación sigue abierta.
Para el corredor turístico costa–Mara, el siniestro obliga a revisar: 1) briefings meteorológicos y decision-making en condiciones marginales; 2) protocolos de mantenimiento y redundancias de comunicación; 3) mapeo de zonas de aterrizaje forzoso y tiempos de respuesta; 4) transparencia en reportes e historial de operadores. Autoridades y medios internacionales coinciden en que el número de víctimas es 11 y que el caso se suma a incidentes previos (no todos comparables) que ya habían motivado alertas de seguridad.
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